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ILUMINANDO

            El P. Benjamín Bravo en su libro “¿Cómo revitalizar la parroquia?” dice: La parroquia es el lugar por excelencia del anuncio de Cristo y de la educación en la fe. Es la estructura que mas puede acercar la Vida de Dios al Pueblo. Es donde se inicia y se extiende el Amor de Dios, y solo así podrá realizar su acción misionera.

 

            El Documento de Aparecida nos dice:

 

            n. 170. Entre las comunidades eclesiales, en las que viven y se forman los discípulos misioneros de Jesucristo, sobresalen las Parroquias. Ella son células vivas de la Iglesia y el lugar privilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y la comunión eclesial. Están llamadas a ser casas y escuelas de comunión. Uno de los anhelos más grandes que se ha expresado en las Iglesias de América Latina y El Caribe, es el de una valiente acción renovadora de las Parroquias a fin de que sean de verdad “espacios de la iniciación cristiana, de la educación y celebración de la fe, abiertas a la diversidad de carismas, servicios y ministerios, organizadas de modo comunitario y responsable.

 

            n. 171.  Todos los miembros de la comunidad parroquial son responsables de la evangelización de los hombres y mujeres en cada ambiente.

 

            n. 172. Desde la Parroquia, hay que anunciar lo que Jesucristo “hizo y enseñó” mientras estuvo con nosotros. Toda Parroquia está llamada a ser el espacio donde ser recibe y acoge la Palabra, se celebra y se expresa en la adoración del Cuerpo de Cristo, y, así, es la fuente dinámica del discípulo misionero.

 

            n. 176. Cada Parroquia debe llegar a concretar en signos solidarios su compromiso social en los diversos medios en que ella se mueve, con toda “la imaginación de la caridad”.

 

            n. 304. Las Parroquias son células vivas de la Iglesia y lugares privilegiados en los que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de su Iglesia.

 

            n. 305. Debe cultivarse la formación comunitaria, especialmente en la Parroquia.

 

            n. 174. Los mejores esfuerzos de la Parroquias, en este inicio del tercer milenio, deben estar en la convocatoria y en la formación de laicos misioneros.

 

            n. 175. Siguiendo el ejemplo de la primera comunidad cristiana, la comunidad parroquial se reúne para partir el pan de la Palabra y de la Eucaristía y perseverar en la catequesis, en la vida sacramental y la práctica de la caridad.

 

            Llevando a la práctica lo que nuestro arzobispo Mons. Víctor Sánchez Espinosa quiere de nuestra Arquidiócesis, pues nos dice: “Yo quiero una Iglesia llena de ímpetu y audacia evangelizadora”, una “PARROQUIA EN MISION PERMANENTE”.

Así es como párroco, vicario y fieles elaboramos este plan.

 

 

 

RVG2018-2019BSSP

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